En este tiempo de trabajo

(Palabras pronunciadas por  Antonio Vicente Mosquete el 10 de noviembre de 1985 en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, al inaugurarse el VIII Congreso Panamericano de Ciegos y la Asamblea fundacional de la Unión Latinoamericana de Ciegos)

 

Ilustres autoridades gubernamentales, provinciales y municipales; dignas autoridades y representantes de los organismos internacionales y nacionales de y para ciegos; queridos amigos y delegados al VIII Congreso Panamericano de Ciegos:

Quiero, en primer lugar, transmitir un saludo entrañable y emotivo de la delegación española que asiste a esta reunión, a todas las personas que aquí están presentes. Quiero también expresar que este saludo proviene de toda la ONCE y de los ciegos españoles que siguen, intensamente, el proceso de unificación de las organizaciones de y para ciegos de este querido continente.

A veces sería necesario rehuir los discursos, aminorar el tiempo que dedicamos a las palabras; pero, quizás necesitamos expresar nuestros sentimientos y nuestros móviles, nuestras ideas motrices.

Para la ONCE el haber participado en el proceso de unificación de las organizaciones regionales latinoamericanas que trabajan en el sector de la deficiencia visual, es un compromiso y una satisfacción que se realiza desde dos fundamentales perspectivas:

En primer lugar, la ONCE, por su propia estructura y por su propia esencia, está convencida de que, únicamente, con la unidad de esfuerzos de los ciegos y de los trabajadores que desempeñan labores en servicios a ellos prestados, se podrá conseguir la plena equiparación de oportunidades de los ciegos, en los distintos contextos sociales, económicos y políticos.

En segundo lugar, la ONCE actúa en el área latinoamericana con un sentido de exclusivo interés mutuo, nunca desde posiciones paternalistas o de cooperación externa.

Los recursos de que disponen las personas ciegas de habla española o de habla portuguesa, son, como en todas partes, escasos. El unificar esos recursos, el utilizar conjuntamente esos recursos, es también para los ciegos españoles un interés primordial. Por lo tanto, en esta presencia nuestra, en este apoyo de la ONCE al proceso de unificación de las organizaciones regionales latinoamericanas, no hacemos más que empujar en la dirección en que están empujando los ciegos del mundo; en la dirección en que han empujado los ciegos de Europa y de otros continentes. Y confiar en que en este tiempo de trabajo, en el que nosotros también pretendemos implicarnos –sin interferir por supuesto-, y que estamos dispuestos a vivir con intensidad, seamos capaces de superar la dispersión –es un lujo que no podemos permitirnos- y que, de la dispersión y sobre la dispersión salga la unidad. Y también, que no sólo la unidad se constituya en el objetivo exclusivo y en la meta de esa reunión. Tenemos la claridad de concebir la unidad como un instrumento, y únicamente con el cambio de la dinámica de las organizaciones internacionales, con la elaboración de unas estrategias y unos planes de trabajo, concretos, podremos lograr los objetivos de integración y de emancipación de los ciegos por los que todos luchamos.

Que superemos la dispersión y consigamos la unidad y que también, si fuera posible, vayamos dejando algo de espacio a los hechos del que hasta ahora, quizás en exceso, han ocupado las palabras.

Muchas gracias